lunes, 15 de abril de 2013

Sueños vividos, sueños cumplidos

"La flor groga" Manel

"Ja sabem com t'agrada aixecar el braç i calcular el pol d'on ve el vent,
Ja hem gaudit de l'estil que exhibeixes quan marxes corrents.

Ja hem entès que ets una ànima errant que abandona les cases quan tothom dorm,
Que t'agrada menjar quan hi ha gana i dormir si ve son.
Però pensa't-ho bé que després, tard o d'hora, sempre arriba el moment
Quan s'obre com una flor rara el penediment
I entens, com si totes les bruixes del món coincidissin llegint-te el futur,
Que és cosa de temps que et sorprenguis pensant que ho tenies,
Que jo creia en tu.

Ja sabem que tres mil aventures bateguen rabioses lluny d'aquest racó,
Que els guerrers s'avorreixen si no hi ha una mica d'acció.
Ja hem previst que només moriràs si algú et clava una daga daurada en el cor
I que on t'enterri una bona gent hi creixerà un roure fort.
I és quasi entranyable que oblidis tan ràpid que sempre arriba el moment
Quan s'obre com una flor groga el penediment.
Si ho saps com si totes les bruixes del món t'estiguessin llençant un conjur,
Una rima ancestral que et farà recordar que ho tenies,
Que jo creia en tu.

Si em llevés i fos rei, reuniria les Corts per incloure en el codi penal
Que es prohibeixi a la gent 'nar pel món buscant res que no pugui anomenar.
Que la por estaria allà però, potser, per variar, aprendríem a passar-la junts
I no et veuria mai més explicant-me que bé estaves quan ho tenies,
Quan jo creia en tu."

"La flor amarilla" Manel. 

"Ya sabemos cómo te gusta levantar el brazo y calcular el polo de donde viene el viento, 
ya hemos disfrutado del estilo que exhibes cuando te marchas corriendo.
Ya hemos entendido que eres un alma errante que abandona las casas cuando todos duermen, 
que te gusta comer cuando hay hambre y dormir si viene sueño.
Pero piénsalo bien que después, tarde o temprano, 
siempre llega el momento cuando se abre como una flor rara el arrepentimiento
y entiendes, como si todas las brujas del mundo coincidieran al leerte el futuro,
que es cuestión de tiempo que te sorprendas pensando que lo tenías,
que yo creía en ti.

Ya sabemos que tres mil aventuras palpitan rabiosas lejos de este rincón,
que los guerreros se aburren si no hay un poco de acción.
Ya hemos previsto que solo morirás si alguien te clava una daga dorada en el corazón
y que donde te entierre una buena gente, crecerá un roble fuerte.
Y es casi entrañable, que olvides tan rápido, que siempre llega el momento
cuando se abre como una flor amarilla el arrepentimiento.
Si lo sabes, como si todas las brujas del mundo te estuviesen lanzando un conjuro,
una rima ancestral que te hará recordar que lo tenías,
que yo creía en ti.

Si al despertar fuese rey, reuniría a las Cortes para incluir en el código penal
que se prohíba a la gente ir por el mundo buscando algo que no sepa nombrar.
Que el miedo estaría ahí pero, quizá, para variar, aprenderíamos a pasarlo juntos
y no te vería nunca más explicándome que bien que estabas cuando lo tenías,
cuando yo creía en ti."

Esta canción de Manel me provoca mucho cada vez que la oigo. Me provoca rabia por la pasividad que desprende.  Por el reproche que te hace de que al creer él en ti, te tenga que valer para acallar tus guerreros. Porque las aventuras son rabiosas para el que se queda, pero no para el que las vive. Me provoca dolor la flor amarilla, por que el arrepentimiento es la mayor de las penas sobre todo cuando es usada como lanzadera de miedo. Ese "ya sabes que después, tarde o temprano, esa flor se abrirá". Las brujas te recordarán como te recuerdo yo que ya lo tenías. Pero creo que no. Que no lo tenías. Y que, aunque tu creyeras en mi a mi eso no me valía. Que es mejor morirse si alguien te clava una daga de oro en el pecho y ver crecer un roble de él, que morirse convertido en polvo.  

Y la sigo escuchando por que hay muchas letras de Manel que me indican que son sabios, pero, en casi todas, son cobardes, y les comprendo, porque yo también soy cobarde. No debemos cortarles las alas a los que vuelan con conjuros, ni con leyes en las cortes, y menos con la escusa de que no saben como nombrar a aquello que solo se puede sentir. ¿Que hay de las emociones y los sentimientos que no se pueden explicar? ¿Que no se pueden medir? ¿Que solo pueden fluir? ¿Que hay de malo en comer cuando haya hambre y dormir cuando tengas sueño? 

Será cuestión de tiempo pero, a lo mejor, quizás, con suerte, la flor amarilla no florece, y entonces sonreirás pensando: ahora, ahora es cuando lo tengo. Y quien creía en ti, si aún te sigue, volverá a creer, aunque, entonces, tal vez, el miedo lo hayas pasado solo y no juntos.

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Pere Gila